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Reacciones: la COP28 aprueba “transitar para dejar atrás los combustibles fósiles” en el Balance Global

Tras una intensa noche de negociaciones en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), los países participantes en la COP28 llegaban a un acuerdo histórico al mencionar por primera vez “transitar para dejar atrás los combustibles fósiles” en el documento del Balance Global —la evaluación de los progresos hechos para conseguir los objetivos climáticos que se fijaba en el Acuerdo de París—. El acuerdo llega después de que el primer borrador presentado por la presidencia no hiciera esta mención —se refería solo a “reducir el consumo y la producción” de estos combustibles—, por lo que fue calificado como “inaceptable” por países como España. 

13/12/2023 - 10:25 CET
COP28

EFE/EPA/MARTIN DIVISEK.

Reacciones

Alejandro Caparrós - COP28

Alejandro Caparrós

Catedrático de Economía de la Energía en la Universidad de Durham (Reino Unido) y profesor de investigación del CSIC

Science Media Centre España

Una COP de transición. La reunión en Dubái ha concluido adoptando el primer balance mundial (global stocktake). El balance recuerda que queda mucho por hacer, aunque también reconoce que se han logrado avances desde la adopción del Acuerdo de París. Si los compromisos adoptados nacionalmente (NDC) se cumplen, lo que está por ver, el mundo camina hacia un calentamiento entre 2,1 y 2,8 ºC, en lugar de los 4 ºC a los que nos encaminaríamos sin estos compromisos. Tras arduas negociaciones, por la mera mención de los combustibles fósiles, el balance también indica que para logras emisiones netas nulas para mediados de siglo el mundo debe hacer una transición que lo aleje de los combustibles fósiles (“transitioning away from fossil fuels in energy systems”). Una obviedad si aceptamos el objetivo de emisiones netas nulas para mediados de siglo.  

El acuerdo solo es relevante en cuanto que implica que el proceso iniciado con el Acuerdo de París sigue vivo y ha superado su primer paso, su primer balance. Esto no es trivial, ya que el proceso iniciado en Kioto se interrumpió cuando llego el momento de renovarlo por primera vez, en Copenhague en 2009. Mientras tanto, las emisiones globales no han dejado de crecer. El mundo necesita compromisos y acciones a corto plazo, ya tenemos suficientes compromisos a largo plazo. En esta área, la COP28 nos ha dejado el compromiso de triplicar la capacidad instalada de energías renovables para 2030 y un modesto aumento de la financiación para los países en desarrollo. 

No declara conflicto de interés
ES

María José Sanz - COP28

María José Sanz

Directora del BC3 (Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático) y miembro de la mesa del IPCC 

Science Media Centre España

El acuerdo demuestra que el multilateralismo está dando resultados y que el Acuerdo de París puede cumplirse. Pero este es el comienzo de un camino que debemos acelerar urgentemente. El primer balance se basa en la ciencia y pide medidas urgentes, mencionando por primera vez los combustibles fósiles y objetivos más ambiciosos para las energías renovables y la eficiencia energética, al tiempo que busca transiciones justas. 

Eleva la adaptación al nivel de la mitigación, a la vez que reconoce el déficit de financiación de la adaptación y avanza en el fondo y los acuerdos de financiación para pérdidas y daños, una cuestión crítica para los más vulnerables. 

No declara conflicto de interés
ES

Alicia Pérez Porro - COP28

Alicia Pérez-Porro

Coordinadora científica del CREAF que ha asistido a la COP28 de Dubái

Science Media Centre España

A grandes rasgos es difícil no valorar positivamente el texto final de la COP28 si nos basamos exclusivamente en las expectativas que la mayoría de nosotros teníamos de un acuerdo salido de una COP en un petroestado cuyo presidente, el Dr. Sultan Al Jaber, no solo es el chair de la Abu Dhabi National Oil Company, sino que además ha negado públicamente la ciencia detrás de las demandas de eliminación gradual de los combustibles fósiles. Pero, como estamos hablando de un instrumento diplomático, el valor está en los detalles. 

El acuerdo de la COP28 no permitirá que el mundo mantenga el límite de 1,5 °C porque los países presentes en COP28 han acordado abandonar los combustibles fósiles (las palabras exactas en el texto final son “transition away”), pero no se comprometen a una eliminación total (lo que se pedía desde las instituciones científicas, el activismo climático y los países más afectados por la emergencia climática era “phase out”). El lado positivo es que el resultado es un momento significativo para la acción climática global porque este acuerdo logra dejar claro a todas las instituciones financieras, empresas y sociedades que finalmente nos encontramos –con ocho años de retraso respecto a lo establecido en París– en el verdadero “principio del fin” de la economía mundial impulsada por los combustibles fósiles. 

Siguiendo con la lectura positiva, y viendo más allá del texto final porque las COP son mucho más que eso, en el Día de la Naturaleza, el Uso de la Tierra y los Océanos de COP28 (el 9 de diciembre), 18 países —entre ellos España— respaldaron la Declaración Conjunta de la COP28 sobre el Clima, la Naturaleza y las Personas (Joint Statement on Climate, Nature, and People), impulsada por la presidencia de COP28 de la CMCCNU (Convención Marco del Cambio Climático de Naciones Unidas) y la presidencia de COP15 de la CDB (Convención de la Diversidad Biológica de Naciones Unidas), uniéndose por la naturaleza y colocándola en el centro de la acción climática. Dicha declaración conjunta representa una nueva visión para alinear las agendas de las políticas del clima y de la biodiversidad y estipula que las naciones deben alinearse tanto a nivel nacional como internacional en torno al Acuerdo de París y al Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. La ambición colectiva expresada en la declaración conjunta tiene como objetivo fomentar y apoyar la implementación de sus respectivos instrumentos nacionales: NDC, Planes Nacionales de Adaptación (PAN), Estrategias de Largo Plazo (LTS) para el clima y Estrategias y Planes de Acción Nacionales en materia de Biodiversidad (EPANB) para la biodiversidad. 

Otro resultado positivo ha sido la Declaración de Líderes sobre el Sistema Alimentario, un compromiso global que debe materializarse a nivel regional y local. Los 134 países que producen el 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los alimentos —que representan un 30% de las emisiones totales— y consumen el 70 % de todos los alimentos a nivel mundial, han acordado transformar los sistemas alimentarios en beneficio del clima, la naturaleza y las personas. Los países firmantes deben colaborar y alinear los compromisos climáticos con los objetivos de proteger y restaurar la naturaleza, y para ello se han comprometido a incluir enfoques de sistemas alimentarios en sus NDCs actualizados, sus PAN, así como en sus EPANB. De este modo, la declaración establece un marco para una acción climática y ambiental transformadora basada en la alimentación. 

Es verdad que es decepcionante ver cómo un número muy pequeño de países han podido anteponer los intereses nacionales a corto plazo al futuro de las personas y la naturaleza; sin embargo, pensemos en estas COP como en una serie. COP28 ha sido solo un capítulo, la serie no se ha acabado y hay muchas tramas entrelazadas que van avanzando a diferentes velocidades, pero avanzando a fin de cuentas. 

Forma parte del Comité Asesor del SMC España.

ES

Fernando Valladares - COP28

Fernando Valladares

Doctor en Biología, investigador del CSIC y profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid

Science Media Centre España

La Cumbre del Clima número 28 ha terminado con un informe algo mejor de lo que se pensaba en el último día, pero insuficiente. El acuerdo es histórico en algunos aspectos porque, indudablemente, por fin se habla de transicionar hacia la desaparición de nuestra dependencia del petróleo y de los combustibles fósiles. Eso es algo histórico. También tiene de histórico el que eso se haya alcanzado en un país productor de petróleo, con un presidente de la cumbre que es, a su vez, presidente de una petrolera. Tiene muchos matices históricos y algunos motivos de celebración, pero a nadie se nos escapa que la COP28 se ha quedado muy corta, sobre todo, porque los términos no son suficientemente fuertes. Recordemos que se estuvo balanceando entre la palabra “eliminar” los combustibles fósiles, en especial el petróleo, y “reducir”, que reducirlos era ambiguo, vago y muy desilusionante para casi todos. Se encontró una frase, una terminología intermedia, que es la de “transicionar” hacia la reducción y eliminación, y esto ha sido aceptado y está en el documento y es algo mejor que simplemente dejar un vago “reducir”, pero refleja las dificultades diplomáticas y las dificultades para compromisos serios. 

Para mí el principal problema de este documento y de las resoluciones alcanzadas es que no son vinculantes. Se deja a los países toda la libertad para hacer o no hacer, y no tiene ninguna sanción, no tiene ninguna consecuencia el que los países hagan más o hagan menos. Estas dos características hacen de estos acuerdos apenas un marco demasiado laxo para la situación en la que estamos, en la que el cambio climático ha cogido extraordinaria velocidad en los últimos dos años. Esa velocidad del cambio climático no está para nada reflejada en este documento, en estas conclusiones de la cumbre. 

La cumbre 28 se llena de palabras muy genéricas pero bastante vagas, que se podrían haber empleado también en una cumbre de hace 10 años. No estamos ahí y, sin embargo, se sigue mareando la perdiz, como se dice habitualmente, con declaraciones pomposas y amables, pero es verdad que se dan algunos avances. Hay aspectos relacionados con la salud humana, con la adaptación al cambio climático que ya está aquí, con los fondos de compensación por daños y pérdidas causados por el cambio climático. Son avances, de todas formas, modestos también. Pensemos en las cantidades que los países están aportando a este fondo de compensación por daños y pérdidas. Son, de momento, unas cantidades pequeñas y también los organismos internacionales, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial no terminan de de de concretar y orquestar del todo los mecanismos financieros. 

Así que hemos avanzado desde la Cumbre de Glasgow (la del año pasado en Egipto fue apenas un pequeño paréntesis). En Glasgow se pusieron sobre la mesa muchos de los temas que ahora se están abordado y algo se ha avanzado. Es decir, hay alguna razón para alegrarse pero, en general, hay más razones para preocuparse. Creo que tenemos que canalizar nuestra preocupación, desde la ciudadanía hasta los profesionales más o menos relacionados con aspectos que puedan tener huella de carbono o estrategias para mitigar el cambio climático. Tenemos que canalizar esa preocupación hacia soluciones concretas y rápidas, algo que no está en el documento de la COP. Ni son concretas ni son rápidas. Se habla una transición a algunas décadas vista. Sí que se acorrala el metano como un gas —aparte del CO2— importante en el efecto invernadero y se ha apremiado a que se reduzcan las emisiones. Se ha puesto énfasis y se ha incluido en el documento final lo que se decía de triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética, esto va en la buena dirección, pero tampoco son soluciones milagrosas. 

Se abre aquí un paréntesis incierto y quizá no del todo afortunado sobre otras formas de energía menos intensivas en carbono o con poca huella ambiental, incluso abriéndole otra vez la posibilidad a la nuclear. Son puertas que se dejan abiertas pensando, probablemente, en futuros complicados. El gas ha sido uno de los grandes beneficiados porque se ve como la forma de energética de transición por excelencia y sabemos que el gas, aunque es mejor —en el sentido de las emisiones— que el petróleo y mucho mejor que el carbón, no está para nada libre de provocar problemas climáticos, así que apoyarse demasiado en el gas tampoco es la solución. Puede ayudar a transicionar, que es el espíritu, pero en la forma en la que está escrito permite que los países, las empresas y las organizaciones puedan interpretarlo y aplicarlo de distintas maneras. 

Así que la cumbre deja mucho trabajo por hacer, no concreta lo suficiente, no alcanza los niveles de urgencia acordes a una emergencia, pero por fin se aborda explícitamente el problema clave de los combustibles fósiles y no el paraguas genérico de las emisiones —en sentido vago— que hay que reducir. Ahora ya se habla de producción y consumo de petróleo como algo a eliminar, aunque la palabra “eliminar” en sí misma se ha matizado un poco. Son algunos pequeños avances en una cumbre que se ha quedado corta, pero menos corta que lo que nos temíamos en las últimas horas. 

Forma parte del Comité Asesor del SMC España.

ES

Vanesa Castán - COP28

Vanesa Castán Broto

Catedrática de Urbanismo Climático en la Universidad de Sheffield 

Science Media Centre España

La resolución adoptada por la COP28 (Global Stocktake) está repleta de referencias al Acuerdo de París (mencionado 101 veces) y al informe del IPCC (mencionado 15 veces), pero es poco probable que ayude a cumplir el objetivo de reducir las emisiones a niveles seguros como está previsto en esos documentos. Entre tanto ‘reconocimiento,’ ‘invitación,’ o ‘agradecimiento’ es fácil pasar por alto que este documento es el marco de acción para el desarrollo de los planes nacionales de cambio climático (NDCs). Las acciones requeridas en esos planes, detalladas en el punto 28 de la resolución, demuestran la dificultad de concebir un futuro sin combustibles fósiles, lo que es una auténtica tragedia. Se deja espacio hasta para el carbón, para el que simplemente se proyecta una ‘reducción progresiva’ y en el siguiente punto se reconoce el papel de los ‘combustibles de transición’ (más conocidos como ‘gas natural’) en la transición a las energías limpias. Es incomprensible: ¿cómo puede el uso de combustibles fósiles ayudarnos a dejar atrás los combustibles fósiles?  

Lo más preocupante de la resolución es su énfasis en soluciones tecnológicas que tarde o temprano nos rescatarán del desastre porque consolida un modo de pensamiento tecnocrático que nos aleja de la necesidad de una transición negociada (que es una condición para que sea justa). La transición es social y política, y no hay soluciones mágicas que nos sacarán de este atolladero. Aunque las tecnologías de eliminación y desarrollo de las emisiones de gases de efecto invernadero han avanzado en la última década, su implantación a gran escala es, todavía, un logro que solo veremos en un futuro lejano. Son tecnologías que presentan sus propios desafíos: altas necesidades de energía y suelo, impactos ambientales y sociales desconocidos, conflictos sociales y de planeamiento, etc.  

El texto propone una transición ordenada, que sea también justa y equitativa, liderada por gobiernos nacionales. Pero hay otras maneras de imaginar esa transición: una transición en la que lo que cuente no sea solo lo que pase en la COP28 y lo que hagan las grandes petroleras, sino que sea una transición liderada por la gente, en sus vidas y en sus relaciones con los gobiernos y con el medio que nos rodea. Una transición liderada por la gente es una transición en la que se demanda sostenibilidad en todos los ámbitos, desde la política local hasta la internacional; en la que hay una participación activa en los servicios locales (como ocurre en las comunidades energéticas) y los servicios respondan a las necesidades locales; en la que los trabajadores se niegan a sostener una industria, la de combustibles fósiles, en decadencia. Más allá de la política internacional, la transición a la energía limpia nos beneficia a todos y nos hace a todos responsables”. 

No declara conflicto de interés
ES

Carlos de Miguel - COP28

Carlos de Miguel Perales

Abogado y profesor de Derecho Civil y del Medio Ambiente en la facultad de Derecho de ICADE (Universidad Pontificia Comillas)

Science Media Centre España

Como ya es habitual, ha habido incertidumbre hasta el último momento sobre si se iba a llegar o no a un acuerdo sobre cuestiones esenciales, en este caso, de forma destacada, los combustibles fósiles. Por ello, es un paso positivo el que se haya hecho un llamamiento a las partes para su abandono.  

Pero el alcance real de este acuerdo queda condicionado a cuestiones relevantes que deberán aclararse. Por ejemplo:  

  1. Cómo debe interpretarse la diferencia entre “transitioning away”, que es lo que se ha acordado, y el inicialmente perseguido “phasing out”, más tajante. 
  2. Cómo se va a financiar esa transición. 
  3. Cómo se implementará el acuerdo sobre subsidios, consistente en la eliminación (en este caso, sí “phasing out”) “tan pronto como sea posible” de subsidios ineficientes a los combustibles fósiles que no aborden la pobreza energética o la transición justa. 
  4. El papel que jugarán los combustibles de transición (“transitional fuels”), sobre los que se afirma que pueden tener para facilitar la transición energética a la vez que asegurar la seguridad energética. 
No declara conflicto de interés
ES

Francisco Doblas - COP28

Francisco J. Doblas-Reyes

Profesor ICREA, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center 

Science Media Centre España

Este acuerdo ofrece aspectos positivos, como es la mención a alejarse progresivamente del uso de los combustibles fósiles para la generación de energía de forma ordenada y equitativa, y el incremento tanto de la penetración de las energías renovables como de la eficiencia energética.

Sin embargo, el uso de "transition away" en lugar de "phase out" parece indicar que se acepta la posibilidad de exceder el umbral de 1,5 ºC en los próximo años ya que, para evitar sobrepasarlo, la reducción de las emisiones globales debe ser muy ambiciosa y confiar en la captura de CO2 para estar por debajo de ese umbral de calentamiento a finales de siglo.

La insuficiente ambición en la reducción de emisiones que deja ver el texto del acuerdo (habrá que ver su implementación) y la continuación del calentamiento global en las próximas décadas hacen aún más relevante los esfuerzos de adaptación a unos impactos del cambio climático que ya se están experimentando a escala local y regional. Es especialmente importante que la financiación de la adaptación por parte de los países con capacidad esté acorde a los retos que los países más vulnerables necesitan, porque si no es así, además de las pérdidas humanas y ecosistémicas, las pérdidas económicas corren el riesgo de reducir su capacidad para llevar a cabo una transición ordenada a un sistema energético libre de combustibles fósiles.

No declara conflicto de interés
ES

Lisa Schipper - COP28

Lisa Schipper

Catedrática de Geografía del Desarrollo de la Universidad de Bonn

Science Media Centre Reino Unido

La COP empezó con una explosión cuando se acordó el fondo para pérdidas y daños, pero en el transcurso de la reunión, la falta de financiación destinada a él se convirtió en una gran fuente de decepción. En todo caso, esta sigue siendo la gran debilidad. Una de las primeras declaraciones del presidente de la COP sobre la falta de base científica para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles conmocionó a los científicos, especialmente a los que habían contribuido al AR6 del IPCC, ya que la base científica del informe es tan clara que los combustibles fósiles deben eliminarse progresivamente para evitar un punto de no retorno.  

Calificar la COP de fracaso sugiere que existe una vía alternativa para un plan global que aborde el cambio climático, pero no hay otro formato que la UNFCCC que dé a todos los países del mundo un asiento en la mesa.

No declara conflicto de interés
ES

Ilan Kelman - COP28

Ilan Kelman

Catedrático de Catástrofes y Salud del University College de Londres

Science Media Centre Reino Unido

Otra extravagancia circense de la COP ha terminado con más documentos que ofrecen poca sustancia. Este mínimo avance era necesario, y se sabía que lo era, desde hace más de una generación. La COP se ha convertido en una distracción y no en un impulso hacia la acción efectiva. Para abordar el cambio climático de origen humano y, en conjunto, todos los demás aspectos de la sostenibilidad, hemos conseguido mucho más fuera de la COP. 

Declara no tener conflicto de interés
ES

Shaun Fitzgerald - COP28

Shaun Fitzgerald

Director del Centro de Reparación Climática y director de Investigación de Cambridge Zero

Science Media Centre Reino Unido

En primer lugar, debemos apreciar el trascendental reconocimiento al final de una COP de que, por primera vez, 'los países realizarán una transición para abandonar los combustibles fósiles'. Aunque se trata de una noticia muy positiva, quedan muchos retos por delante y es decepcionante que hayan sido necesarias 28 COP para llegar hasta aquí. Y, por supuesto, todo depende de lo que hagan los países, no solo de lo que digan. Hechos, no palabras.  

Además, seamos claros, la definición de 1,5 ºC del IPCC no consiste en mantenernos por debajo de ese objetivo; se trata de llegar a él a finales de siglo, incluso si superamos ese objetivo teórico a mediados de siglo. Me preocupa mucho que los planes actuales nos lleven por ese camino. Cuando sabemos que cruzar el umbral del 1,5 conllevará mayores riesgos de superar los puntos de inflexión, ¿por qué no hablamos más de planes para mantenernos realmente por debajo de ese nivel de aquí en adelante? Queda mucho por hacer.  

No declara conflicto de interés
ES

Stephanie Baxter - COP28

Stephanie Baxter

Jefa de Política de la Institution of Engineering and Technology (IET)

Science Media Centre Reino Unido

Nos complace que la COP28 haya alcanzado un nuevo acuerdo para abandonar los combustibles fósiles.  Sin embargo, todavía es necesario establecer un calendario claro para la eliminación total de los combustibles fósiles.  Las islas bajas serán de las primeras en sufrir la subida del nivel del mar, pero el cambio climático afecta a todos. Ya estamos notando los efectos del aumento de las temperaturas, y el impacto sobre las vidas, el bienestar y las economías no hará sino deteriorarse si se retrasan o diluyen las medidas.  Tenemos las capacidades tecnológicas y de ingeniería necesarias. Instamos a la comunidad internacional a que cumpla sus compromisos previos de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Todo nuestro futuro depende de ello.

No declara conflicto de interés
ES

Richard Betts - COP28

Richard Betts

Catedrático de Impactos Climáticos de la Universidad de Exeter y del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica

Science Media Centre Reino Unido

El primer balance mundial cita muchos datos científicos sólidos que ponen de relieve la urgencia de la situación en la que nos encontramos, lo cual es digno de aplauso. Sin embargo, es preocupante que las negociaciones de Dubái se hayan basado en un malentendido sobre lo cerca que estamos de alcanzar 1,5 ºC de calentamiento global. El texto indica que el calentamiento observado es de "alrededor de 1,1 °C", pero esta cifra ya está desfasada: el nivel actual de calentamiento global es de alrededor de 1,3 °C. Aunque es evidente que esta no es la razón principal por la que el acuerdo se queda corto, puede haber contribuido a reducir la sensación de urgencia. 

recibe financiación del gobierno británico a través del Programa Climático del Centro Hadley de la Met Office.

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