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Reacciones: la pandemia provocó retrasos educativos equivalentes a un tercio del año académico

Un metaanálisis de 42 estudios hechos en 15 países, entre ellos España, concluye que la pandemia de covid-19 provocó retrasos en el aprendizaje de los menores en edad escolar y una pérdida de conocimientos equivalentes al 35 % del aprendizaje de un curso escolar. La investigación, publicada en Nature Human Behaviour, destaca que estos efectos persistieron en el tiempo. 

30/01/2023 - 17:00 CET
niño

Pixabay.

Reacciones

María Fernández - educación pandemia

María Fernández Mellizo-Soto

Profesora del departamento de Sociología Aplicada de la facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid

Science Media Centre España

La nota de prensa refleja con bastante precisión los resultados de la investigación publicada en el artículo. Lógicamente se utiliza un lenguaje divulgativo y sencillo, pero respeta el contenido de la investigación. 

El estudio está realizado por investigadores de instituciones excelentes. Se trata de una investigación de calidad, que cumple con todos los estándares requeridos en investigaciones de este tipo. El planteamiento es muy interesante y la metodología ha sido diseñada y ejecutada con precisión. Las conclusiones se basan en unos análisis realizados con rigor y en unos datos sólidos. 

Al tratarse de un metaanálisis, precisamente su valor consiste en analizar todo un conjunto de estudios sobre este tema, así que resume bien el estado de la cuestión. Va en la línea de los pocos estudios que hay sobre el impacto de la pandemia en el aprendizaje, que apuntan a una pérdida en el aprendizaje, sobre todo para estudiantes de menor nivel socioeconómico. 

Al tratarse de un metaanálisis, y estar bien ejecutado, se excluyen aquellas investigaciones que puedan tener un nivel de sesgo importante. Las limitaciones que hay que tener en cuenta es que el metaanálisis se basa en estudios ya realizados y, por tanto, las limitaciones que tiene son las de los estudios integrados. Como se señala en el artículo, se han realizado pocos análisis en países de renta baja. 

A partir de esta evidencia sabemos que la pandemia y sus implicaciones (cierre de instituciones educativas, docencia online e híbrida) ha tenido un impacto negativo en los estudiantes, sobre todo en aquellos de menor nivel socioeconómico. Además, sabemos que al contrario de lo que se pensaba, los estudiantes de cualquier nivel educativo se han visto afectados de igual manera. Este resultado es una evidencia a favor de que la educación presencial en las instituciones educativas es más eficaz que la educación a distancia, ya sea online o híbrida. También es una evidencia de que la educación presencial en escuelas y universidades compensa la desigualdad de origen de los estudiantes. Los resultados de esta investigación apuntan a medidas para compensar esta pérdida de aprendizaje, que se arrastra en el tiempo, sobre todo en colectivos de estudiantes más vulnerables.

Declara no tener conflicto de interés
ES

Cynthia Martínez - educación pandemia

Cynthia Martínez Garrido

Profesora de Métodos de Investigación en Educación en la Universidad Autónoma de Madrid

Science Media Centre España

Durante la pandemia de la covid-19, según la ONU, más de 1.600 millones de estudiantes en 190 países permanecieron encerrados en sus casas sin poder acudir a la escuela. Lejos de ser la situación ideal, las diferencias entre los que más y menos tienen se agravaron. La brecha entre las familias que más y menos tienen se hizo más profunda: escolares que no tenían ordenador en casa, aquellos que compartían un solo ordenador para todos sus hermanos, quienes no disponían de conexión a internet en casa y quienes ni siquiera tienen un entorno disponible en casa para estudiar. Las mesas de las cocinas y salones se convirtieron en bibliotecas improvisadas, pero sin el silencio y el clima de trabajo que tan necesario sabemos que es para aprender. 

La brecha educativa también creció y el tratamiento que los distintos países hicieron para el retorno a las aulas fue un elemento crucial para reajustar los niveles de rendimiento a la normalidad. Por poner un par de ejemplos, las políticas implementadas en España mantuvieron a los escolares en sus casas durante el último trimestre del curso 2019-2020, mientras que en otros países como Chile los escolares se mantuvieron en sus casas en los años 2020 y 2021. 

El estudio busca conocer hasta qué punto se ha ralentizado el progreso del aprendizaje de los niños en edad escolar durante la pandemia. Para dar respuesta a este objetivo los autores realizan un metaanálisis de 42 estudios desarrollados en 15 países (Australia, Bélgica, Brasil, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Italia, México, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, Suiza y Sudáfrica) y los resultados no pueden ser más interesantes: que nuestros estudiantes tienen un retraso en el nivel de logro que se mantiene en el tiempo, que este retraso ha afectado más a matemáticas que a lectura y que quienes más lo han sufrido son los estudiantes con menores rentas. 

Por otra parte, como estudio de metaanálisis, tiene la limitación de la selección de los estudios y los niveles de riesgo aceptados por los autores. Quizá hubiera sido recomendable no considerar tanto los estudios de riesgo crítico como aquellos de riesgo de sesgo alto. En cualquier caso, está claro que esta decisión metodológica afecta considerablemente al tamaño de la muestra disponible para analizar y su representatividad en términos geográficos. 

Se podría esperar que los escolares fueran capaces de recuperar el aprendizaje que han perdido al principio de la pandemia al haberse incorporado ya a las aulas. Sin embargo, la literatura previa a este respecto sugiere que los déficits de aprendizaje son difíciles de compensar y tienden a persistir a largo plazo, por lo que urge que escuelas y decisores enfoquen sus esfuerzos en nuevos programas, innovaciones y refuerzos que ayuden a nuestros estudiantes a superar los efectos perjudiciales que la pandemia de covid-19 creó en su desarrollo. 

No declara conflicto de interés
ES

Klaus Zierer - pandemia retraso educativo

Klaus Zierer

Catedrático de Educación Escolar, Universidad de Augsburgo, Alemania

Science Media Centre Alemania

Desde Visible Learning, el hito de John Hattie en la investigación educativa empírica, los metaanálisis han formado parte integrante del discurso educativo. Ayudan a calcular la eficacia general de las medidas pedagógicas a partir de la multitud de resultados de investigación que se recogen en todo el mundo y, al mismo tiempo, hacen visibles las características específicas de cada país o cultura. El procedimiento de un metaanálisis está definido por normas (por ejemplo, "Prisma") y se cumple en el presente estudio. En este sentido, puede concluirse que el artículo cumple el estado de la técnica en el campo de los metaanálisis. Por cierto, los resultados también se corresponden uno a uno con mi propio metaanálisis en este campo. El mayor número de datos no proporciona un resultado fundamentalmente nuevo, sino que confirma metaanálisis anteriores sobre una base de datos más amplia. 

La relevancia del déficit de aprendizaje hallado es inmensa porque tiene un impacto directo en la enseñanza. Cuanto menor es el rendimiento en el aprendizaje, más difícil resulta para los alumnos alcanzar los niveles exigidos por los planes de estudios. Como resultado, cabe esperar que se forme una "generación covid", que ha sufrido especialmente las consecuencias de la pandemia. Esto afecta especialmente a los más jóvenes del sistema procedentes de países económicamente débiles y con un entorno educativo desfavorecido. Esto pone de manifiesto una vez más la desigualdad educativa en el país y también en todo el mundo. Lo que no se destacó en el metaanálisis, pero sobre lo que también hay investigaciones relevantes, es que la pandemia también tuvo un impacto negativo en el desarrollo psicosocial y la condición física. En A Year to Forget evalué y analicé este aspecto. 

Hay que hacer todo lo posible para compensar los déficits de aprendizaje. Por desgracia, muchos países desaprovecharon las primeras oportunidades o las pusieron en práctica de forma absolutamente irreflexiva. Como resultado, se ha perdido aún más tiempo. De la investigación sabemos (por desgracia) que los déficits de aprendizaje se acumulan rápidamente y, por tanto, se hacen cada vez mayores. Cuanto antes sea posible contrarrestarlos, mejor. El problema es sin duda que, ante la escasez (mundial) de profesores, falta sobre todo personal. Además, no se han elaborado los conceptos y todo el mundo mira hacia la digitalización, que, sin embargo, no ha demostrado ser un salvador de la pandemia, sino más bien un impulsor de las lagunas educativas (sobre todo en el tiempo libre, debido a un consumo creciente e irreflexivo). Más bien, la digitalización es un motor de injusticia educativa porque los medios digitales se utilizan de forma diferente según el nivel educativo. Así pues, el reto para los próximos dos o tres años sigue siendo ofrecer aquí conceptos sensatos. 

Desde un punto de vista empírico, las escuelas de verano son sin duda una opción interesante, ya que han podido demostrar en el pasado que tienen un efecto positivo en todos los niños y jóvenes, pero especialmente en los alumnos procedentes de medios desfavorecidos desde el punto de vista educativo. En este sentido, podríamos beneficiarnos de la investigación y de los conceptos existentes en todo el mundo. Ciertamente, la digitalización también ofrece potencial si se aplica con sensatez. Lo que ha ocurrido en muchos casos -poner tabletas en manos de los alumnos y esperar que tengan un efecto positivo- debe considerarse un fracaso y ya es hora de aprovechar las posibilidades de la digitalización y, al mismo tiempo, evitar los peligros. Así, los medios digitales pueden ser útiles para el apoyo individual, porque con ellos se pueden implementar itinerarios de aprendizaje que sitúen siempre a los alumnos en el ámbito de las tareas de aprendizaje exigentes y, al mismo tiempo, alivien a los profesores para que puedan relacionarse aún más con los alumnos.

No declara conflicto de interés
ES

Benjamin Fauth - pandemia retraso educativo

Benjamin Fauth

Jefe del Departamento de Investigación Educativa Empírica del Instituto de Análisis Educativo de Baden-Wurtemberg (IBBW) y profesor adjunto del Instituto de Investigación Hector de Ciencias de la Educación y Psicología de la Universidad de Tubinga

Science Media Centre Alemania

El estudio está metodológicamente muy bien diseñado. En metaanálisis de este tipo (es decir, estudios en los que se consideran conjuntamente los resultados de muchos estudios individuales), es importante que la calidad de los estudios individuales incluidos en la evaluación se compruebe muy cuidadosamente. Obviamente, esto se ha hecho aquí de forma muy meticulosa. Este documento es probablemente el estudio más exhaustivo realizado hasta la fecha sobre los déficits de aprendizaje tras la pandemia por coronavirus. A la hora de interpretar los resultados, hay que tener en cuenta, por supuesto, que aquí se incluyeron estudios de diferentes países, algunos de cuyos resultados no pueden trasladarse a los sistemas educativos de otros. Por ejemplo, las diferencias de aprendizaje en los países más pobres son, una vez más, significativamente mayores que en un país bastante rico como Alemania. Pero, en general, también en este país se observan lagunas de aprendizaje, y sobre todo su distribución desigual: los alumnos que ya lo pasaban peor antes de la pandemia se ven mucho más afectados. 

Los déficits de aprendizaje observados en el metaanálisis son significativos. Los que encontramos en estudios de Alemania, por ejemplo, en Hamburgo y en Baden-Wurtemberg, son algo menores, pero tienden a apuntar en la misma dirección. Sin duda, los déficits de aprendizaje relacionados con la pandemia también influyen en los resultados presentados recientemente en IQB Education Trends. No solo los propios retrasos están desigualmente distribuidos socialmente, sino que también es probable que sus consecuencias varíen mucho: muchos alumnos con el entorno social adecuado lo compensarán fácilmente. Sin embargo, las consecuencias serán más graves, sobre todo para los alumnos de menor rendimiento y para los procedentes de hogares con menor nivel educativo. Además, el estudio se centra en los déficits cognitivos de aprendizaje, es decir, en la cuestión de lo que los alumnos han aprendido —o no— en lengua y matemáticas, por ejemplo. Si se pregunta a los profesores, queda claro que, además de los déficits de aprendizaje propiamente dichos, hay otro problema en primer plano, a saber, todo el ámbito psicosocial. Mi impresión es que las escuelas tienen actualmente mucho trabajo que hacer en este ámbito para restablecer ciertas rutinas de aprendizaje y para volver a encarrilar toda la interacción social. 

El gobierno federal [en Alemania] ya ha puesto a disposición amplios fondos para el llamado programa de recuperación. Pero también está claro que estas medidas por sí solas no serán suficientes al final. Las medidas de apoyo adicionales son importantes, por supuesto, pero solo podremos reducir las desigualdades sociales si la gran heterogeneidad (es decir, diferencia/diversidad) de los alumnos también se tiene más en cuenta en el aula normal. Al final, solo funcionará mediante un apoyo específico también en las clases normales. Si se dispone de recursos adicionales, hay que prestar atención a cómo se distribuyen estos recursos. De los datos se desprende claramente que determinados alumnos han sufrido especialmente las consecuencias de la pandemia, precisamente aquellos que ya lo estaban pasando mal. La tarea ahora debe consistir en proporcionar apoyo específico precisamente a estos alumnos, incluso en las clases ordinarias. En un estado grande como Baden-Wurtemberg, cerca de la mitad de los alumnos tienen ahora un origen migratorio. Teniendo en cuenta esta cifra, no podemos pretender, por ejemplo, que lo normal sea que todos los niños de nuestras escuelas primarias hablen un alemán perfecto. Estos aspectos deben tenerse en cuenta sistemáticamente en las aulas. No podemos permitirnos como sociedad democrática —ni, para el caso, como economía— que una parte de nuestros alumnos se lleve tan poco de la escuela. 

Es importante ver que muchos de los problemas que ahora se están haciendo visibles en las escuelas tendrían que abordarse incluso sin una pandemia. Es bueno que la conexión entre el origen social de los alumnos haya vuelto a estar presente como tema en el debate sobre política educativa. Afortunadamente, también hay un gran acuerdo en que estos problemas deben abordarse ahora. También es interesante ver que las escuelas han superado la pandemia con distintos grados de éxito. Por ejemplo, las clases en las que la relación entre los alumnos y sus profesores era positiva ya antes de la pandemia lo tuvieron mucho más fácil durante el cierre de las escuelas. Vimos la importancia de una buena retroalimentación a los alumnos que promoviera el aprendizaje cuando las escuelas estaban cerradas de un día para otro y los profesores tuvieron que considerar las formas de llegar a sus alumnos. 

Hay escuelas que ya habían establecido un sistema antes de la pandemia que les permite seguir de cerca el progreso del aprendizaje, de modo que pueden proporcionar apoyo directo y específico en caso de problemas de aprendizaje. Durante el cierre de las escuelas, quedó claro lo importante que es. Durante la pandemia se han producido enormes avances en muchas escuelas, no solo en la digitalización, sino también en la forma de utilizar pedagógicamente las herramientas digitales para que sirvan de apoyo al aprendizaje. Espero que ahora estas cosas no vuelvan a desaparecer en armarios y cajones. En perspectiva, estos son también los enfoques que nos ayudarán a afrontar las consecuencias de la pandemia en las escuelas.

"Colaboré en dos estudios que se incluyeron en el metaanálisis (Schult et al.), pero por lo demás no tengo conflictos de intereses".

ES
Publicaciones
A systematic review and meta-analysis of the evidence on learning during the COVID-19 pandemic
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Revisión sistemática
  • Metaanálisis
Revista
Nature Human Behaviour
Fecha de publicación
Autores

Bastian A. Betthäuser et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Revisión sistemática
  • Metaanálisis
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