Menos de cuatro meses después de que en julio la Agencia Europea de Medicamentos recomendara no conceder la autorización de comercialización de Leqembi™ (lecanemab) para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, el Comité de Medicamentos de Uso Humano de la EMA (CHMP) ha reevaluado las evidencias disponibles para concluir que los beneficios superan a los riesgos.
Juan Fortea - lecanemab EMA 2
Juan Fortea
Director de la Unidad de Memoria del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y director de la Unidad Alzheimer en la Fundació Catalana Síndrome de Down
Estoy enormemente satisfecho con la reciente aprobación de lecanemab por parte de la EMA tras reconsiderar su decisión en el proceso de apelación. Este avance representa un hito para los pacientes con Alzheimer y marca un cambio de paradigma en su tratamiento.
Aunque el uso estará restringido a una minoría en etapas tempranas, impulsará el desarrollo de capacidades diagnósticas y terapéuticas esenciales, como sucedió con las unidades de ictus, beneficiando a todos los pacientes, tanto los que reciben el fármaco como los que no.
Es una excelente noticia que corrige una decisión preocupante y vuelve a alinear a Europa con la vanguardia de la investigación y atención en alzhéimer.
Mercè Boada - lecanemab EMA 2
Mercè Boada Rovira
Neuróloga y directora médica de Ace Alzheimer Center Barcelona
Es la noticia que estábamos esperando con una cierta precaución, porque la EMA es una entidad muy conservadora que evalúa muchísimo la situación de riesgo de pacientes, que aquí estaba como uno de los puntos claves para poder aceptar el tratamiento con Leqembi.
Es la mejor noticia que hemos tenido este año. Europa necesitaba esta noticia. Europa necesitaba saber que teníamos la posibilidad de tratar pacientes, teníamos la necesidad de saber que toda la investigación en este campo continuaría y que entendíamos, como ya se hizo en el documento y el paper que envió el European Alzheimer's Disease Consortium, que lo que se tenían que acotar muy bien eran las restricciones, tener muy en cuenta la validez y la experiencia de los centros prescriptores que han tenido —aunque hubieran tenido experiencia previa en los ensayos clínicos del tratamiento de los anticuerpos monoclonales—. Esta aceptación por parte de la EMA equilibra la situación para que nuestros pacientes de Europa y España tengan las mismas oportunidades que otros.
Hilary - lecanemab EMA 2
Hilary Evans-Newton
Directora ejecutiva de Alzheimer's Research UK
La decisión adoptada hoy por el comité consultivo de la EMA de revocar su postura anterior y aprobar lecanemab marca un hito importante en la lucha mundial contra la enfermedad de Alzheimer. Aunque no es una cura, lecanemab supone un importante paso adelante. El lecanemab es uno de los primeros tratamientos que han demostrado ralentizar el deterioro de la memoria y el pensamiento asociado al alzhéimer, en lugar de limitarse a aliviar los síntomas. Este progreso, por modesto que sea, supone un gran avance en la forma de tratar el alzhéimer.
Esta decisión está en consonancia con los reguladores de otros países del G7. La EMA, en consonancia con el Reino Unido, ha decidido excluir a determinadas personas de recibir lecanemab, entre ellas las portadoras de dos copias de un gen llamado APOE4, ya que esto las expone a un mayor riesgo de efectos secundarios. Alrededor del 15 % de los enfermos de alzhéimer son portadores de dos copias de este gen. Aunque el fármaco no está disponible en el SNS, personas de EE.UU. y Japón ya están recibiendo lecanemab, con sistemas de seguimiento de la evolución que mejoran nuestra comprensión del funcionamiento de estos fármacos fuera de los ensayos clínicos. Esta información será clave para orientar futuras decisiones clínicas, como qué pacientes se benefician más de los tratamientos, durante cuánto tiempo deben administrarse y en qué fases de la enfermedad.
Aunque estos nuevos tratamientos contra el alzhéimer están lejos de ser una solución perfecta, abren la puerta a futuros tratamientos que serán más seguros y eficaces, acercándonos a un día en que podamos ralentizar, detener e incluso revertir todas las formas de demencia. Gracias a décadas de investigación, hemos avanzado enormemente en la comprensión del alzhéimer, y la investigación sigue siendo nuestra mejor esperanza para conseguir que esta devastadora enfermedad sea por fin cosa del pasado.
Rob - lecanemab EMA 2
Robert Howard
Catedrático de Psiquiatría Geriátrica en la división de Psiquiatría del University College London (Reino Unido)
Esto coincide con la decisión de la MHRA del Reino Unido, que establece que, en un subconjunto de pacientes con enfermedad de Alzheimer en etapas tempranas, los beneficios del tratamiento superan los riesgos. Esto no significa que el lecanemab sea clínicamente efectivo o rentable en términos de costes.
Anticipo que los organismos que determinan la relación coste-eficacia de los nuevos medicamentos en las distintas jurisdicciones tendrán dificultades para aprobar el lecanemab para su uso en sus sistemas de salud pública. El tratamiento es costoso y los beneficios son marginales.
John Hardy - lecanemab EMA 2
John Hardy
Catedrático de Neurociencia y jefe de grupo en el Instituto de Investigación sobre la Demencia del Reino Unido, University College de Londres (UCL)
Creo que es una gran noticia y el resultado correcto: una aprobación restringida es lo más sensato. En mi opinión, este es el resultado correcto.
Conflicto de interés: “He sido consultor de Eisai y de Lilly”.
Tara - lecanemab EMA 2
Tara Spires-Jones
Presidenta de la Asociación Británica de Neurociencia, directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo y jefa de Grupo del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido en Edimburgo (Reino Unido)
La noticia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de que lecanemab se recomienda para el tratamiento de algunas personas con enfermedad de Alzheimer en fase inicial traerá esperanza a las personas de toda Europa afectadas por el alzhéimer. Sin embargo, es importante señalar que este tratamiento no está disponible para todo el mundo y no es una cura, las personas que toman lecanemab siguen teniendo progresión de los síntomas, aunque más lentamente que las personas sin tratamiento. Además, el tratamiento conlleva el riesgo de inflamación o hemorragia cerebral, lo que significa que, además de las infusiones frecuentes del fármaco, las personas que toman lecanemab necesitan escáneres cerebrales para controlar los efectos secundarios.
El lecanemab es un anticuerpo que elimina la patología amiloide pegajosa del cerebro. En julio de 2024, la EMA decidió que los beneficios no superaban los riesgos del tratamiento; sin embargo, un nuevo reexamen de los datos por parte de su Comité de Medicamentos de Uso Humano revirtió esta opinión y recomienda conceder la autorización de comercialización para algunas personas. La recomendación es solo para las personas que no son portadoras de dos copias del gen de riesgo denominado apolipoproteína E épsilon 4 (APOE4). Las personas con dos copias del gen APOE4 corren un mayor riesgo de sufrir efectos secundarios potencialmente peligrosos. Aproximadamente 1 de cada 50 personas tiene 2 copias del gen APOE4 en la población general. La nueva conclusión de la EMA es que los beneficios del tratamiento con lecanemab superan los riesgos para las personas con cero o una copia del gen APOE4.
Conflictos de interés: “No tengo conflictos con este anuncio, pero he recibido pagos por consultoría, charlas científicas o investigación en colaboración en los últimos 10 años de AbbVie, Sanofi, Merck, Scottish Brain Sciences, Jay Therapeutics, Cognition Therapeutics, Ono y Eisai. También soy fideicomisaria benéfica de la Asociación Británica de Neurociencia y de los Garantes del Cerebro, y asesora científica de varias organizaciones benéficas e instituciones sin ánimo de lucro".
Pablo - lecanemab EMA 2
Pablo Martínez-Lage Álvarez
Neurólogo, director científico en Fundación CITA- Alzhéimer
Yo creo que hay que felicitarse de que la EMA haya rectificado una decisión previa que se había tomado sobre unos argumentos poco sólidos. Tomó la decisión sobre la base de que el efecto beneficioso de este fármaco no compensaba los riesgos de posibles efectos secundarios. Era un argumento que no se sostenía con los datos de los ensayos clínicos que se han hecho.
Es un fármaco que consigue cambiar la historia natural de la enfermedad en sus fases más iniciales, en las que todavía no hay dependencia ni demencia. Cambia la progresión de la enfermedad en personas a las que se diagnostica alzhéimer cuando todavía están haciendo una vida normal o casi normal. Por tanto, contribuye a la promoción de la autonomía de las personas, que es de lo que va la Ley de Dependencia, que no es de dependencia, sino de promoción de la autonomía.
Es cierto que va a ser un tratamiento que no va a estar indicado para cualquier persona con alzhéimer, sino solo para personas en la que se diagnostique de manera muy temprana, con un diagnóstico que se basa en el uso de biomarcadores o bien de punción o bien de PET. Hay que dar la noticia con esa precaución, no es un tratamiento para todo el mundo.
Hay algo importante: los europeos que trabajamos en alzhéimer nos sentíamos un poco avergonzados al hablar con investigadores de otros países donde sí se había aprobado, como EEUU y Japón, por el hecho de que nuestra Agencia Europea de Medicamentos hubiese tomado una actitud que se podría interpretar como “bueno, que se pruebe el fármaco en otros países y si allí la gente no se muere y se ve el efecto, pues entonces ya lo aplicaremos aquí”. Hay que felicitarse por eso, Europa se sube al carro de la investigación y de sus propias directrices. Recordemos que, en 2011, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo se pronunciaron a favor de declarar el alzhéimer como enfermedad prioritaria, con un dictamen en el que se hablaba de la investigación de nuevos medicamentos, la creación de unidades de diagnóstico, etcétera.
Entiendo que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) seguirá las directrices de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que, como digo, se basan en los datos de los ensayos clínicos. Nuestros 17 sistemas sanitarios se tendrán que preparar para facilitar el diagnóstico temprano de las personas, se tendrán que preparar para decidir si lo financian o no. Ahora entra en juego la creatividad público-privada para que la compañía y las administraciones acuerden precios que sean razonables de acuerdo con los cálculos que ya están más que hechos y publicados. Yo confío en la creatividad de nuestros políticos para que sepan acordar precios asequibles y que no solo se apruebe la comercialización en España, sino que el fármaco llegue a las casas de las personas, que no sea un tratamiento para ricos.
Jordi Pérez Tur- lecanemab EMA 2
Jordi Pérez-Tur
Científico titular del CSIC en el Institut de Biomedicina de València (CSIC-CIBERNED)
Tras 20 años sin grandes avances en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (EA), parece que empieza a abrirse paso una cierta esperanza. El uso de anticuerpos monoclonales contra el péptido amiloide supone un primer, y pequeño paso, hacia la obtención de tratamientos efectivos contra esta enfermedad.
Primero, las advertencias. Este tratamiento se ha demostrado que tiene cierta eficacia siempre que se administre a individuos en etapas iniciales de la enfermedad o con un diagnóstico de deterioro cognitivo leve, una forma clínica que en muchos casos supone una etapa anterior a la propia enfermedad de alzhéimer y que, además, no porten ninguna copia del alelo E4 en el gen de la APOE o, como máximo, sean heterozigotos para este alelo, es decir, sean portadores de una única copia. Es decir, se trata de un tratamiento que ofrece su máximo beneficio en aquellos casos muy iniciales de la enfermedad y en un subgrupo de aquellos que la sufren. Teniendo en cuenta la elevada frecuencia de portadores de 2 copias del alelo E4 que se da en esta condición, es evidente que no estamos ante un tratamiento disruptivo. Sin embargo, es una novedad muy necesaria, esperada y bienvenida.
Hace ya 25 años que se empezaron a tratar modelos experimentales de la EA con anticuerpos dirigidos contra el péptido amiloide, el componente principal de un tipo de lesiones que se observan en el cerebro de pacientes. En esos modelos, los resultados fueron espectaculares. Las lesiones desaparecían con el paso del tiempo y los animales tratados mejoraban su desempeño en pruebas de memoria. Sin embargo, esos resultados no se trasladaron de manera inmediata a los seres humanos. Ha sido necesario trabajar intensamente en el laboratorio para obtener formulaciones que tengan una eficacia suficiente como para obtener la aprobación de agencias reguladoras de varios países del mundo, incluyendo la europea, aunque con las condiciones indicadas antes.
Ahora bien, hace pocos meses (julio de 2024) la Agencia Europea del Medicamento denegó la aprobación del uso de este mismo anticuerpo para el tratamiento de la EA. ¿Por qué ahora se admite su uso? Simplemente, porque entonces se perseguía su uso en todos los pacientes en etapas iniciales de la enfermedad y se vio que este tratamiento perjudicaba más que beneficiaba al conjunto de pacientes ya que se observó un aumento significativo en la aparición de edemas o hemorragias cerebrales en el grupo que usaba el anticuerpo. Es decir, el beneficio observado en cuanto a la progresión de la EA era menor que el riesgo de aparición de síntomas severos asociados al tratamiento, no a la enfermedad.
En un análisis posterior, las empresas farmacéuticas promotoras del tratamiento (Eisai y Biogen), vieron cómo este era más efectivo en un subgrupo de pacientes (aquellos con una o ninguna copia del alelo E4 en el gen de la APOE). Esta nueva forma de ver los datos, ha permitido ahora que se apruebe el tratamiento con los condicionantes antes señalados: enfermos en etapas iniciales o con un diagnóstico de deterioro cognitivo leve y que sean portadores de, como máximo, una copia del alelo E4. Dicho esto, la efectividad del tratamiento, en contra de lo que podría pensarse, no reside en que se detenga o revierta la enfermedad. El efecto que se consigue es ralentizar el avance de la misma durante, al menos, los 18 meses que han durado los ensayos clínicos estudiados para la aprobación del uso del lequembi como tratamiento frente a la EA.
Este tratamiento, por otra parte, requiere de un seguimiento intensivo y tiene una administración que implica la necesidad de que el paciente se encuentre cerca de un centro que pueda llevar a cabo ese seguimiento antes, durante y después del tratamiento. Esto abre también una discusión acerca de cómo asegurar el acceso al mismo a todos aquellos pacientes que podrían beneficiarse del mismo. No en todos los lugares, los pacientes pueden tener acceso a pruebas tan sencillas como el genotipado del gen APOE para saber si son candidatos a recibir el tratamiento. A partir de este punto, repito, el más sencillo a considerar desde el punto de vista técnico, podemos ver claramente cómo es necesario que se establezcan mecanismos que permitan que el tratamiento llegue a todos aquellos pacientes que puedan beneficiarse de él sin que el código postal sea un factor limitante en esta decisión.
En resumen, nos encontramos en un momento esperanzador por cuanto existe ya un tratamiento que permite un cierto enlentecimiento en el avance de una enfermedad tan compleja como la EA y que refuerza la opinión que muchos investigadores han defendido durante mucho tiempo: que el péptido amiloide es un buen candidato para el desarrollo de terapias. Si bien los resultados son poco espectaculares, dado que no se revierte el proceso sino que se enlentece, sí supone un paso importante en esa dirección. Esperemos que se continúe avanzando en este camino sin que esto implique que se abandonen otras investigaciones basadas en hipótesis alternativas a la de la cascada amiloide y que también pueden contribuir a mejorar el arsenal terapéutico del que dispongamos en un futuro esperemos que más próximo que lejano. La complejidad de la enfermedad, reflejo de los procesos patológicos que se inician décadas antes de que se manifiesten los primeros síntomas, muy posiblemente solo podrá resolverse con tratamientos igualmente complejos y que impliquen a varias de las moléculas que están relacionadas con la enfermedad.
Marc Suárez - lecanemab EMA 2
Marc Suárez-Calvet
Neurólogo e investigador del Grupo de Investigación en Fisiología de la Cognición y Prevención del Alzhéimer del IMIM-Hospital del Mar y responsable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BarcelonaBeta Brain Research Center en la Fundación Pasqual Maragall
La recomendación del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la EMA para aprobar lecanemab en Europa representa un avance prometedor en la lucha contra el alzhéimer. Este tratamiento, el primero en mostrar capacidad para ralentizar la progresión de la enfermedad, está indicado para pacientes en fases tempranas y con un perfil genético específico, excluyendo a aquellos con dos copias del gen APOE4 debido a un mayor riesgo de efectos secundarios. Además, su administración estará controlada mediante un programa de acceso limitado para garantizar un uso seguro y adecuado.
Es importante destacar que esta recomendación no implica una disponibilidad inmediata del fármaco en toda Europa, ya que cada país deberá decidir si se incluye en su sistema de salud pública. Si bien lecanemab ofrece una eficacia moderada y se espera que inicialmente beneficie a un número reducido de pacientes, su aprobación abre la puerta a tratamientos futuros más eficaces y seguros, a la vez que impulsa la investigación y el desarrollo de nuevas terapias y el avance en el diagnóstico del alzhéimer.