El comercio internacional de pescado aumenta el riesgo de exposición a PFAS en todo el mundo

La revista Science publica un mapa global sobre la exposición a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) a través del consumo de productos pesqueros. Las PFAS son sustancias de difícil degradación, por lo que pueden acumularse y algunas se relacionan con problemas de salud. Los autores recopilaron datos durante 20 años a partir de mediciones de PFAS en el medio marino y en pesquerías, y elaboraron un mapa de las concentraciones de estos compuestos en más de 200 especies de peces marinos. El estudio muestra que el comercio internacional de pescado redistribuye el riesgo de exposición a PFAS desde regiones de alta contaminación hacia zonas menos expuestas, siendo el comercio europeo el que desempeña un papel clave en el aumento del riesgo de exposición a estas sustancias. 

18/12/2025 - 20:00 CET
Reacciones

2025 12 18 Pablo Gago PFAS pescado

Pablo Gago

Científico titular en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua en el CSIC (IDAEA-CSIC) y profesor invitado en la SLU Swedish University of Agricultural Science (Suecia)

Science Media Centre España

El estudio es de alta calidad científica y destaca por su ambición y solidez metodológica. Integra datos globales de contaminación por PFAS en el medio marino, modelos de bioacumulación en redes tróficas, consumo de pescado y comercio internacional, cubriendo más del 99 % de la producción mundial de pescado marino. Este enfoque permite ir más allá de estudios locales o puramente analíticos y aporta una visión sistémica inédita sobre cómo la exposición humana a PFAS no depende solo de la contaminación ambiental local, sino también de las dinámicas del comercio global de alimentos. Los resultados encajan bien con la evidencia previa que identifica al pescado como una fuente relevante de exposición dietética a PFAS, pero añaden un elemento clave: la redistribución internacional del riesgo, con Europa como actor central en los flujos de exposición, incluso hacia países con niveles ambientales relativamente bajos. 

Desde el punto de vista de la salud pública, el trabajo refuerza la preocupación por los C8-PFAS (PFOA y PFOS), compuestos muy persistentes, bioacumulativos y asociados en numerosos estudios a alteraciones endocrinas, inmunológicas, metabólicas y del desarrollo, así como a un mayor riesgo de ciertos cánceres. Aunque el estudio se basa en evaluación de riesgo (hazard index) y no en efectos clínicos directos, sus resultados tienen implicaciones regulatorias claras: muestran que las restricciones aplicadas a PFOS han sido eficaces, pero también que los PFAS de cadena larga no regulados siguen representando un riesgo elevado, especialmente, a través del comercio alimentario 

Una limitación que tener en cuenta es que el análisis se centra únicamente en pescado marino y no incluye otras fuentes dietéticas o ambientales, por lo que la exposición total puede estar infraestimada. Aun así, el trabajo aporta evidencia robusta para apoyar políticas de seguridad alimentaria más estrictas, criterios de control en el comercio internacional y una regulación más amplia de los PFAS como grupo, en lugar de abordar los compuestos de forma individual. 

Conflicto de interés: “Dos de los autores, Daniel Schlenk y Shu Tao son editores de Environmental Science & Technology. Yo soy editor ejecutivo de esa revista”. 

ES

Julián Campo - PFAS pesca

Julián Campo

Miembro del Grupo de Investigación en Seguridad Alimentaria y Medio Ambiente del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (Valencia)

Science Media Centre España

Las sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un grupo de más de 4.700 compuestos químicos sintéticos. Debido a sus propiedades (no son inflamables, son termodinámicamente estables y muy resistentes), son ampliamente utilizados en una serie de aplicaciones industriales y comerciales, desde utensilios de cocina antiadherentes hasta las espumas que se utilizan para controlar y apagar incendios. Por estas características, los PFAS se consideran extremadamente persistentes en el medio ambiente y se les conoce también como ‘químicos eternos’. Estos compuestos son altamente tóxicos y representan un claro peligro potencial para la salud humana ya que pueden actuar como disruptores endocrinos, además de producir daño hepático, enfermedad tiroidea, obesidad, y estar relacionados con problemas de fertilidad y cáncer.  

Una vez en el medioambiente, los PFAS tienen el potencial de bioacumularse y biomagnificarse, es decir, su concentración aumenta progresivamente a medida que se asciende en la cadena alimentaria. En el medio marino, los PFAS tienden a acumularse en las redes tróficas acuáticas, de donde pueden pasar al ser humano por la ingesta de pescado y otras especies marinas. Sin embargo, la importancia que tienen estos productos para la exposición humana sigue sin estar del todo clara. Para intentar responder a esta pregunta, un grupo de investigadores liderados por del doctor Qiu de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, en Shenzhen, China, ha publicado un artículo en la revista Science en el que evalúan globalmente los riesgos de exposición humana a PFAS por el consumo de pescado marino. Los autores concluyen que dicha exposición es generalmente baja y, en general, se ha reducido con la eliminación gradual de la producción de PFAS, pero también advierten que el mercado internacional de productos del mar es responsable de redistribuir estos riesgos de exposición a nivel mundial.  

El doctor Qiu y demás colaboradores realizaron un análisis combinado de datos pesqueros y niveles de PFAS, principalmente PFOA y PFOS, en 212 especies de pescado marino combinando modelos de la red alimentaria marina, datos de pesca global y mediciones de PFAS en agua de mar de 3.126 sitios a lo largo de 20 años. El modelo, que también incluye el cálculo de índices de riesgo, fue validado midiendo las concentraciones de PFAS en 150 muestras de pescados marinos de 87 especies recolectadas en 14 países. Según sus resultados, los pescados de Asia (Arabia Saudí y Tailandia) y Oceanía (costa oriental de Australia) presentaban las concentraciones más altas de PFAS, en comparación con el promedio mundial. Por otro lado, los pescados de África y América del Norte tenían las concentraciones más bajas. Los autores también demostraron que los pescados marinos en niveles tróficos más altos contenían más PFAS que los de niveles más bajos y que los pescados de agua dulce presentan concentraciones de PFAS mayores que los pescados marinos (hasta un orden de magnitud). Así mismo, señalan que el comercio internacional de pescado redistribuye el riesgo de exposición a PFAS desde zonas con alta contaminación hasta regiones con baja contaminación. En Europa, por ejemplo, aunque el pescado no presenta los niveles más altos, sus países se pueden considerar como puntos clave para la distribución de PFAS a través del comercio de productos del mar. 

El estudio concluye que, tras la inclusión de varios compuestos de PFAS en el Convenio de Estocolmo en 2009 y 2019, se observó una disminución significativa en el riesgo medio global a su exposición, lo que demuestra la necesidad de una mayor cooperación internacional y medidas regulatorias más estrictas para reducir la exposición humana a los ‘químicos eternos’ a través del sistema alimentario marino. 

Declara no tener conflicto de interés
ES

Begoña Jiménez - PFAS pesca

Begoña Jiménez

Investigadora científica del CSIC en el departamento de Análisis Instrumental y Química Ambiental del Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC)

Science Media Centre España

En este estudio, Qiu y colaboradores investigan el riesgo de exposición a sustancias químicas tóxicas y persistentes a través del consumo de pescado de origen marino, focalizando la investigación en las sustancias per y polifloroalquiladas (PFAS, por su acrónimo en inglés). Las PFAS, conocidas como ‘sustancias químicas eternas’ debido a su persistencia en el medioambiente, constituyen una clase de varios miles de sustancias químicas utilizadas en numerosas aplicaciones industriales y productos de consumo por sus propiedades como repelentes de agua, aceite, manchas, etc. y su gran estabilidad fisicoquímica. A través de la ingesta de alimentos, las PFAS se acumulan en el cuerpo humano y representan riesgos para la salud. 

La expansión del comercio mundial de alimentos, a pesar de sus ventajas, también puede ser un vector del aumento de la contaminación en ciertas regiones. El estudio proporciona un mapa global de la exposición humana a PFAS procedentes de pescado de origen marino y cuantifica los riesgos para la salud humana derivados del comercio pesquero mundial. La evaluación se centró en dos PFAS bien conocidas: el sulfonato de perfluorooctano (PFOS) y el ácido perfluorooctanoico (PFOA), regulados por el Convenio de Estocolmo en 2009 y 2019, respectivamente, y viéndose que el índice de riesgo del PFOS disminuyó un 72 % tras su regulación de 2009, mientras que los PFAS de cadena larga no regulados siguen presentando riesgos elevados.  

Los resultados revelan el efecto positivo de las regulaciones globales como el Convenio de Estocolmo en la reducción de exposición global a las PFAS ya reguladas y destacan los riesgos de exposición comparativamente mayores de las PFAS aún no reguladas. Este sólido trabajo, basado en un amplio conjunto de datos globales, pone en relevancia la gran necesidad de fortalecer las políticas globales de regulación de las sustancias químicas para conseguir reducir a escala global la exposición humana a las PFAS, los químicos eternos. 

No declara conflicto de interés
ES
Publicaciones
Risks of per-and polyfluoroalkyl substance exposure through marine fish consumption
    • Artículo de investigación
    • Revisado por pares
    • Estudio observacional
Revista
Science
Fecha de publicación
Autores

Wenhui Qiu et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
Las 5W +1
Publica
FAQ
Contacto